11 de marzo de 2015

Perdí tanto tiempo contigo que ni supe que estaba buscando.

Pareciera que todas las relaciones que empiezan después  de los 20tantos traen amarrado un reloj gigante (si, al estilo Flavor Flav)  que pesa tanto como los sentimientos y la conexión, ese reloj que te
indica que tanto tiempo estás perdiendo o invirtiendo con alguien. Y todo esto gira a que pensamos que ya no es un “jueguito” esto de tener novi@, porque ese novi@ podría ser el futuro padre/madre de tus hijos o mínimo de tu perro.


Dejamos relaciones solo porque creemos que vamos a perder el tiempo, o peor, le invertimos más tiempo a una relación con tal de no perderlo y si lo pienso con detenimiento realmente no sé qué es peor.

Por un lado creo que dejamos ir muchos buenos partidos o mínimo con potencial por miedo a que nos hagan perder el tiempo, que porque no le va tan bien en el trabajo, quesque no me gusta tanto su cara, pues como que no se si estoy enamorado y todas las excusas que le quieras poner y lo que más ronda por nuestra cabeza es que por andar perdiendo el tiempo con él/ella estamos dejando escapar al bueno o a la buena.

Por lo contrario, hay relaciones donde nos aferramos a seguir, obvio, porque el tiempo vale oro y esos meses o años que ya le dedicaste ni de chiste los quieres perder, que porque ya me conoce mucho, quesque tenemos un negocio juntos,  mi familia lo ama, es más, hasta de boda se ha hablado y la cereza del pastel es  ¡que flojera volver a empezar, no se estar solter@!


No sé si todos tengamos la misma prisa, es más, no sé si todos sepamos qué es lo que estamos buscando, ¿Estabilidad? ¿Amor? ¿Conexión? ¿Buenos genes?... ¡Sabrá Dios! pero a veces parece que lo tenemos tan claro que hasta los días tenemos contados. Seguro es importante tener muy claro que es lo que queremos en el futuro, pero si solo pensamos en eso es muy probable que dejemos de ver y disfrutar el presente y justo ahí es donde se encuentra nuestra realidad.


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