Amigos de cuatro patas

Nunca había conocido tal amor incondicional como el que te da tu mascota y ahora puedo entender esa expresión cuando llegas a tu casa y mínimo tienes “perro que te ladre” (o gato que te ignore)

Y por todo el amor que mi perro (#DuplotheDog)  y yo nos tenemos, aquí les dejo una lista muy especial inspirada en estas criaturitas que hacen que nuestra vida llena de estrés, tráfico y drama se nos pase ligera…

Mami, Papi ya soy independiente, me voy de la casa.

Afortunados todos aquellos que siendo jóvenes decidieron independizarse, solo los que dieron este importante paso conocen la dicha de poder llegar a la hora que quieras con todo y novi@ a “tu depa” y cuidar de no hacer tanto ruido porque tus otros 3 roomies duermen, puedes andar en ropa interior si gustas.. Pero solo en tu cuarto ¡no hay que ser descarados! ,también puedes pedir lo que tú quieras de comer (a costa de tu presupuesto) porque en tu refri hay pura cerveza y jamón corriente y lo mejor,  no hay reglas sobre donde debes comer, puedes hacerlo en tu cuarto o en la sala … y luego limpiar todo lo que hiciste porque la señora de la limpieza solo va los viernes (si bien te va) y si eres más tranquilo o simplemente disfrutas de tu independencia, puedes pasar el fin de semana sin que nadie te moleste viendo tu serie favorita en Netflix, claro, primero asegúrate de haber convencido a tus papás de llevarte la tele y ¡obvio! haber pagado el recibo de luz e internet.

No estoy list@ para dejar los antros.

Cuando estas solter@ una de las salidas más fácil, divertida y poco pensante es salir de antro/boliche/club  ( o como le digas en tu región) y yo lo entiendo perfecto porque cuando tienes cierta edad tus amigos son cada vez más los que tienen pareja y eso hace que sus planes sean un tanto aburridos (para ti), prefieres ir a ponerte un pedo una buena fiesta antes de ir a jugar maratón en parejas, se vuelve más atractivo coquetear a diestra y siniestra con nuevos prospectos que sentarte a platicar con los amigos que ya súper conoces, es más, hasta escoges soportar la cruda del día siguiente con tal de ahorrarte los comentarios de “ya vimos a quien te vamos a presentar”, “no hay mal tercio” o simplemente ver besos  o peleas ajenas.