Imagínate caminando por
la calle, en la mano tienes una envoltura de tus papas favoritas, ya no hay
papas y tampoco botes de basura a tu alrededor, sin dudarlo, lo avientas por
ahí, donde caiga, fue inercia o desdén, da igual, ya lo tiraste, tal vez nadie
te vio, tal vez te saldrás con la tuya. Sigues tu camino y a los pocos segundos
se acerca alguien, te toca el hombro y te dice: “¿Por qué estas tirando basura?
¿No sabes que contaminas el planeta?”. Te aseguro que la próxima vez le pensará
dos veces antes de tirar basura en la calle.
Lo mismo pasa con el
machismo, durante muchos años, hombres y mujeres van por el mundo diciendo
chistes o comentarios que fomentan la inequidad de género sin que alguien les
diga cara a cara, sin titubeos, que lo que están diciendo “contamina el planeta”.
En nuestra sociedad el
estereotipo de mujer sumisa, inferior y débil se manifiesta constantemente;
tenemos chistes, frases y memes que escuchamos o vemos todos los días. Un coche
que hizo un movimiento fuera de lugar, “seguramente es vieja”; una chica que se
equivocó en algún dato, “que mejor se vaya a la cocina”; una señora que dejó el
trabajo para dedicarse a su casa, “ahora está becada”; la que volteó a ver tu amigo
“qué zorra” y a la que violaron “se lo buscó por vestirse así”.
Pero, ¿quiénes dicen
estas cosas tan terribles? Los hombres, sí… pero también las mujeres. Y no se
trata de culpar a alguien, así hemos vivido durante años, es costumbre, es
“normal”, es un chistecito que tu papá dice aunque él respete a sus hijas y a
su esposa, es el comentario que tú dices aunque también uses faldas cortas, es
la risa que te da cuando hablan de alguien más. Es lo que debemos empezar a
parar y a cambiar.
Desde que me di cuenta de
esto, desde que me caché sonriendo ante un comentario como estos hice
consciencia en cada palabra que digo y que escucho, me considero una mujer que
promueve la equidad de género, que la busca y por eso decidí hacer algo al
respecto. Cada vez que escucho un comentario o chiste que denigra el rol de la
mujer, lo enfrento, lo cuestiono, no me río, al contrario, levanto mi voz para
que la gente se dé cuenta de que sus comentarios contaminan al mundo. Nosotros
somos los únicos responsables de romper los estereotipos que nos marcan en la
inequidad, nosotros tenemos la voz para provocar el cambio. Cuando te dejes de
reír del chiste machista o lo cuestiones o lo retes, crearás consciencia en el
otro, y así tu acción será parte del cambio.
En pleno 2017 pedimos a
gritos que haya equidad de género, aplaudimos a Madonna con su speech en
los Billboards, marchamos unidas en diferentes partes del mundo, nos
destapamos las tetas en el sur de América y gritamos juntas "¡ni una
más!"... si todo esto pasa en el mundo ¿por qué perdemos las agallas
cuando estamos en casa o en la oficina?
#BeBoldForChange que no
te dé risa su chistecito.
