Pareciera que todas las relaciones que empiezan después de los 20tantos traen amarrado un reloj gigante
(si, al estilo Flavor Flav) que pesa
tanto como los sentimientos y la conexión, ese reloj que te
indica que tanto
tiempo estás perdiendo o invirtiendo con alguien. Y todo esto gira a que
pensamos que ya no es un “jueguito” esto de tener novi@, porque ese novi@
podría ser el futuro padre/madre de tus hijos o mínimo de tu perro.
Dejamos relaciones solo porque creemos que vamos a perder el tiempo, o peor, le
invertimos más tiempo a una relación con tal de no perderlo y si lo pienso con
detenimiento realmente no sé qué es peor.
Por un lado creo que dejamos ir muchos buenos partidos
o mínimo con potencial por miedo a que
nos hagan perder el tiempo, que porque no le va tan bien en el trabajo, quesque no me gusta tanto su cara, pues
como que no se si estoy enamorado y todas las excusas que le quieras poner y lo
que más ronda por nuestra cabeza es que por andar perdiendo el tiempo con él/ella estamos dejando escapar al bueno o a la buena.
Por lo contrario, hay relaciones donde nos aferramos a seguir, obvio, porque el tiempo
vale oro y esos meses o años que ya le dedicaste ni de chiste los quieres
perder, que porque ya me conoce mucho, quesque
tenemos un negocio juntos, mi familia lo
ama, es más, hasta de boda se ha hablado y la cereza del pastel es ¡que flojera volver a empezar, no se estar
solter@!
No sé si todos tengamos la misma prisa, es más, no sé si
todos sepamos qué es lo que estamos buscando, ¿Estabilidad? ¿Amor? ¿Conexión? ¿Buenos
genes?... ¡Sabrá Dios! pero a veces parece que lo tenemos tan claro que hasta los
días tenemos contados. Seguro es importante tener muy claro que es lo que
queremos en el futuro, pero si solo pensamos en eso es muy probable que dejemos
de ver y disfrutar el presente y justo ahí es donde se encuentra nuestra
realidad.

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